La Universidad de Salford, Manchester, Inglaterra, realizó en 2016 un estudio en el que demostró que una buena climatización en las aulas aumenta la capacidad de aprendizaje y concentración de los alumnos, al menos en un 25%.
Pero, ¿es suficiente la ventilación mediante la apertura de las ventanas en las pausas? En muchos colegios e institutos, los alumnos estudian en aulas pequeñas y no climatizadas, sirviéndose de este arcaico sistema de ventilación para oxigenar las salas. Ya poco después del comienzo de la clase, la concentración de CO2 puede alcanzar niveles preocupantes. Cuanto más aumenta el contenido de CO2, más notamos sensación de cansancio, dolores de cabeza y falta de concentración. Podemos afirmar que el oxígeno, entre otros factores, es la base del éxito de aprendizaje.
Una ventilación por apertura de ventanas conlleva muchas desventajas. Más allá del ruido presente en los entornos urbanos, con este “sistema” se introducen partículas de polvo y polen, que causan alergias y molestias. También provocan la entrada de frío y crea corrientes de aire que distraen y generan malestar. En invierno se suele reducir su apertura a un mínimo por los alumnos sentados cerca de las ventanas y si le sumamos el sistema de calefacción que incorporan la mayoría de las aulas, obtenemos una ecuación que tiene como resultado el desastre. Todo esto no se reduce solo a un problema de confort, sino también de consumo energético grave pues, a través de cada ventana abierta, se pierde energía valiosa.
Por todas estas razones, una ventilación y climatización continua y eficaz, a ser posible con regulación en base al nivel de CO2, es un planteamiento indispensable para asegurar el éxito en el aprendizaje y controlar al mismo tiempo el gasto energético.
Los campus universitarios se asemejan al funcionamiento que tiene una ciudad pequeña. Las universidades cuentan con edificios de distintos perfiles de aplicación y funciones que tienen que integrarse en un concepto global, un reto exigente también para la climatización. Los espacios prioritarios suelen ser las aulas, las cuales exigen una climatización confort para facilitar el alto rendimiento de estudiantes y profesores. Lo mismo ocurre para las oficinas de profesores y administración o la biblioteca.
A día de hoy, las universidades disponen de una sala de servidores, laboratorios, salas comunes, cafeterías y restaurantes, instalaciones deportivas o incluso piscinas cubiertas. Esto las convierte en un proyecto interesante para desarrollar un concepto integral de climatización que pueda combinar diferentes demandas térmicas y conseguir ahorros energéticos considerables.
En Menerga ofrecemos los equipos de climatización más eficientes para cualquier espacio escolar y universitario. Desarrollaremos un proyecto de visión individual para su caso, que no solo incluya la climatización de confort de las aulas y oficinas, sino también para el control del ambiente en los laboratorios, la climatización de las salas de servidores y de las instalaciones deportivas. Así, sus instalaciones serán respetuosas con el medioambiente, eficientes a nivel energético y supondrán una inversión a largo plazo con numerosas recompensas.